Introducción

Todas las sustancias químicas susceptibles de causar daños son consideradas peligrosas. Algunas sustancias químicas pueden causar diferentes tipos de daño, desde una leve irritación cutánea hasta un cáncer. También pueden afectar de manera considerable al medio ambiente, es decir al aire, el agua y la tierra; y pueden afectar negativamente a las plantas y los animales.

Una sustancia química sólo puede dañarnos la salud o el medio ambiente si nos exponemos a ella. Para protegernos de las sustancias químicas peligrosas debemos manipularlas correctamente para reducir la exposición a un nivel aceptable, o deberemos sustituirlas por unas alternativas más seguras.

Una sustancia es clasificada a nivel de la UE cuando presenta determinadas propiedades nocivas. En la web de ECHA se encuentra disponible el inventario completo de sustancias clasificadas. También podrá averiguar cómo deben etiquetarse estas sustancias.

El Reglamento REACH y la legislación de la UE aplican una amplia variedad de medidas reglamentarias de protección a las sustancias químicas peligrosas.  Por ejemplo las restricciones en el suministro a los consumidores de numerosas sustancias peligrosas. Otras pueden ser comercializadas siempre que se haya autorizado un uso específico de ellas.